Simón Bolívar en imágenes:

1810-1815

Este período es el más discutido —y el más discutible— en lo que se refiere a la iconografía del Libertador. Prácticamente ninguno de los retratos de esta época se libra de dudas o controversias. Bolívar visitó Londres en 1810, en cumplimiento de una breve y muy conocida misión diplomática ante el gobierno inglés (julio-septiembre), y durante esta visita es seguro que se hicieron, como era costumbre entonces, algunas miniaturas con su retrato para obsequiar, como recuerdo, a personas de su estimación. No se conoce, sin embargo, ninguna de esas miniaturas.

La figura superior, que encabeza esta sección, corresponde a un grabado hecho en Londres en 1810, cuya original no se ha encontrado, pero cuya copia (probablemente hecha después de 1820) se conserva en el Museo Nacional de Bogotá, Salón Eduardo Santos. Tiene la leyenda: "BOLIVAR / General y Presidente de la República de Colombia" y la firma "Fabria P. / St. Giorgio Sc."

Dicha leyenda prueba, sin lugar a dudas, de que se trata de una copia hecha cuando ya Bolívar era Presidente de la Gran Colombia, nación fundada por el Congreso de Angostura en 1819 y consolidada por el Congreso de Cúcuta en 1821. La comparación de los rasgos fisonómicos retratados en este grabado y los que muestra la miniatura de 1799 (ver la sección anterior), confirma que el personaje es Simón Bolívar. Enrique Uribe White, en su obra citada, dice que el original fue realizado "seguramente en Londres, pues las características son definitivamente de la escuela inglesa de la época".

Óleo sobre tela. Autor: Charles Gill
Londres, 1810
Copia de Delio Ramírez,
Biblioteca Nacional, Bogotá.
El original perteneció al historiador
Jules Mancini y luego al gobierno de
Colombia. Fué destruido por el
fuego durante el "Bogotazo",
el 9 de abril de 1948.

En Londres fue pintado también, si hemos de creer el testimonio de Jules Mancini, un retrato al óleo de Simón Bolívar, durante su misión diplomática en la capital británica. El autor fue el pintor inglés Charles Gill. El original perteneció a Jules Mancini, quien publicó una copia fotográfica en blanco y negro, en la primera edición de su biografía de Bolívar (Bolivar et l'Emancipation des Colonies Espagnoles, Paris, 1912).

Se ha discutido mucho la autenticidad de este retrato. En primer lugar, Mancini no indicó jamás cómo lo había adquirido, ni ofreció ninguna argumentación sobre el asunto. Se limitó, simplemente, a declarar que se trataba de un retrato del Libertador hecho durante su estadía en Londres, en 1810.

En segundo lugar, el original, que a la muerte de Mancini fue comprado por el gobierno de Colombia, resultó completamente destruido durante las trágicas jornadas de abril de 1948 en Bogotá. Solamente tenemos una copia hecha por el pintor Delio Ramírez, según se indica en la figura anexa.

Se ha dicho que el personaje representado no se parece en absoluto a Bolívar. Tanto Boulton como Uribe White se inclinan por negarle autenticidad. Yo creo, en cambio, que se trata de un retrato que se pintó "de oídas" y no al natural, es decir, un retrato que se hizo a partir de la descripción verbal hecha por alguna de las personas que tuvo relación con Bolívar durante su estadía en Londres. Eso explicaría las exageraciones románticas de ciertos rasgos bolivarianos. Me baso, para sustentar mi hipótesis, en dos características fisonómicas en las que coincidieron unánimemente todos los que conocieron al Libertador en persona: la primera, la viveza de la mirada; y la segunda, la fealdad de las orejas, que eran demasiado grandes. Ambas características están representadas en este retrato, y lo menos que puede decirse es que el pintor quiso retratar a Bolívar, aunque no tuvo éxito en el empeño por no tener el modelo natural a la vista.

A su regreso a Caracas, Bolívar participó activamente en la vida política de la Primera República, convirtiéndose en un líder de la corriente más apasionadamente partidaria de la independencia absoluta (la juventud mantuana y una parte de la intelectualidad radical) y llegando al grado de Coronel en las fuerzas republicanas. Al producirse el derrumbe de la República ante la embestida realista, y al caer Caracas y Puerto Cabello en manos del feroz Monteverde (julio de 1812), Bolívar logró escapar, buscando refugio en Cartagena (entonces Estado Soberano). Allí inició su histórica autocrítica de la Primera República venezolana (Manifiesto de Cartagena) y comenzó a trazar la estrategia política que ocuparía todos los esfuerzos de su vida: la Unión Grancolombiana.

Óleo sobre tela
Autor anónimo (ca 1812)
34x28 cm.
Antigua colección de Manuel Carrizosa.
Perteneció a Jules Mancini
y más tarde a Eduardo Santos.
Actualmente, en la Quinta de Bolívar.

De esta época data un retrato que ha producido muchas controversias. Se ha dicho que es falso con la misma pasión con que otros han defendido su autenticidad. El hecho de que se encuentre actualmente en la Quinta de Bolívar, en Bogotá, ha complicado las discusiones, pues induce a la falsa idea de que ya estaba allí en vida del Libertador. Para poder juzgar con frialdad, pues, el lector debe mirar muy atentamente la figura de la derecha. Solamente así podrá usar su propio criterio a la hora de juzgar si mi argumentación es correcta o no.

Observemos primero el uniforme. Las charreteras son desiguales: la de un lado es de general, la del otro lado es de coronel. El cinturón de general en jefe está sobrepintado y no queda bien colocado: está muy alto, casi ya en el pecho, y no puede ocultar el cinto de coronel que —ese sí— está en su sitio. En otras palabras: un pintor ha intentado retocar esete retrato, para que el personaje representado pueda ser "ascendido" de coronel a general. Tanto el original como los retoques se hicieron en vida de Bolívar, como lo han revelado los análisis hechos por expertos. Pero el trabajo de retoque está inconcluso: es posible que fuera interrumpido por la renuncia, exilio y muerte de Bolívar en 1830.

Finalmente: el uniforme, de estilo americano, no se usó nunca en el Ejército Libertador ni existe referencia alguna acerca de que Bolívar, o cualquier otro oficial patriota, hubiera usado ese uniforme en algún momento entre 1810 y 1830.

Examinemos ahora el rostro con detenimiento (figura de la derecha). La mirada carece de la viveza bolivariana y la oreja es demasiado bonita, demasiado elegante, demasiado pequeña para ser de Bolívar. La nariz ha sido retocada para que parezca bolivariana (en esto último coinciden Boulton y Uribe White). Según mi opinión, el borde superior de la frente también ha sido retocado. La boca no es de Bolívar (compárese con el grabado de 1810 o con la miniatura de 1799 en la sección anterior). El mentón es demasiado delicado para ser de Bolívar. Las cejas no tienen la curvatura característica del Libertador. Es probable que las patillas y el bigote hayan sido pintados a posteriori, como parte del trabajo de retoque ya observado en otros detalles.

Don Alfredo Boulton se inclina a aceptar que el retrato es de Bolívar, que fue pintado en 1812 en Cartagena y que años más tarde fue retocado para representar al Libertador con el grado de General en Jefe (Bolívar era coronel en 1812).

Uribe White, en cambio, sostiene que se trata del retrato de otro oficial y sugiere que bien podría ser Daniel Florencio O'Leary, Edecán del Libertador, basándose en semejanzas fisonómicas. No explica, sin embargo, por qué el uniforme representado es americano (O'Leary era británico) ni por qué se ha intentado retocar el cuadro para ascender al personaje al rango de General en Jefe (O'Leary llegó a ser general, pero no General en Jefe). Tampoco menciona el hecho de que O'Leary era rubio, en tanto que el personaje que aquí discutimos muestra el cabello negro.

Mi hipótesis es la siguiente: Bolívar, o alguno de sus ayudantes, obtuvo y conservó este retrato de algún joven oficial norteamericano, durante sus correrías por el Caribe, entre 1812 y 1816. Años después, alguno de los retratistas del Libertador quiso retocar el cuadro para convertirlo en un retrato de Bolívar (con rango de General en Jefe, patillas y bigotes), pero el trabajo fue abandonado por alguna razón. Tal vez no fue posible lograr la semejanza anatómica requerida, o tal vez la obra fue interrumpida por el retiro del Bolívar del mando en 1830.

Para poner a prueba mi hipótesis, he procedido a afeitarle los bigotes a nuestro personaje (figura de la izquierda). Es evidente que no estamos ante el rostro de Simón Bolívar. Solamente queda, pues, aceptar que sobre la base de un rostro ajeno, algún pintor que no hemos podido identificar quiso fabricar un retrato del Libertador. Por esto, tal vez lo mejor sea reconocer que se trata de un Bolívar inconcluso, un intento fracasado o un proyecto interrumpido. Es de esperar que nuevos estudios permitan aclarar este pequeño misterio.

Discrepo de la opinión expresada por Enrique Uribe White. Me parece evidente que el modelo original no es el edecán O'Leary, y me parece evidente que la intención del retocador fue modificar un cuadro ya existente para retratar al General en Jefe, es decir al Libertador Simón Bolívar.

Discrepo también de la opinión de Don Alfredo Boulton. Me parece evidente que el cuadro original no se pintó para representar a Bolívar, sino a otro personaje.

En otras palabras, nos encontramos ante dos cuadros hechos por dos pintores diferentes. El primero (original), no es la imagen de Bolívar. El segundo (los retoques hechos a posteriori), intenta serlo, pero está inconcluso. Esa es mi propuesta de explicación. El lector juzgará.