Simón Bolívar en imágenes:

1799-1809

Pocos son los retratos de este período. El primero, cronológicamente, corresponde a algún momento entre los años 1799 y 1802. Es el que se ve en el encabezamiento de esta sección y que se reproduce en mayor tamaño más abajo. Se trata en realidad de una bella miniatura sobre marfil, hecha en Madrid por un artista anónimo con ocasión del noviazgo y matrimonio del joven Bolívar con María Teresa Rodríguez del Toro. Se sabe que la esposa de Bolívar conservó este retrato hasta su muerte, ocurrida tempranamente (22-01-1803) y que éste llevó a su suegro don Bernardo "las reliquias que había conservado de ella". La miniatura pasó así a manos de la familia Rodríguez del Toro, cuyos descendientes la tuvieron hasta comienzos de este siglo, cuando don Luis Alfredo López Méndez la localizó en Madrid y la adquirió para su traslado y conservación en Venezuela.

Miniatura sobre marfil
Autor anónimo
(1799-1802)
Colección Fundación John Boulton
Caracas

Bolívar tenía 16 años cuando se embarcó en la Guaira (19-01-1799) para su primer viaje a Europa en el navío San Ildefonso. Después de una breve estadía en México y una escala de dos días en La Habana, continuó en la misma embarcación hacia la península. Desembarcó en Santoña, cerca de San Sebastián, el 31 de mayo y ya a mediados de junio se encontraba instalado en Madrid en compañía de su amigo Esteban Escobar. El 1° de agosto tomó en arriendo una casa en la Calle de los Jardines, donde se alojó con sus tíos Esteban y Pedro Palacios. Trece meses más tarde, en septiembre de 1800, estaba ya resuelto a casarse y así lo anunciaba a sus parientes. Tenía 17 años cumplidos. El matrimonio tuvo lugar en Madrid el 26 de mayo de 1802, cuando faltaban dos meses para que el novio cumpliera los 19 años.

Durante este mismo período (1799-1802) ocurrieron otros hechos de importancia en la vida de Bolívar. A comienzos de marzo de 1801 se produjo el incidente de la Puerta de Toledo: la policía intentó arrestar al joven venezolano al no reconocer su uniforme. Éste reaccionó de manera airada y arrogante y la discusión estuvo a punto de convertirse en un duelo sangriento. Bolívar fue sancionado con la prohibición de visitar la corte, castigo que duró algo más de un año. Esta circunstancia dio ocasión a que el joven mantuano se ausentara, visitando primero Bilbao, donde se hallaba su novia, y más tarde Bayona y París en un breve viaje que habría de darle amigos y amigas para toda la vida.

En junio de 1802 regresó con su esposa a Venezuela, estableciéndose en Caracas. Poco duró la felicidad, porque en enero de 1803 murió la joven María Teresa Rodríguez del Toro, víctima de la fiebre amarilla. La desesperación de Simón Bolívar fue inmensa. Después de largos meses de depresión, durante los cuales intentó negocios y ocupaciones en sus haciendas de los Valles de Aragua, decidió su segundo viaje a Europa. Llegó a Cádiz a fines de diciembre, permaneció en Madrid de febrero a abril y a comienzos de mayo llegó a París, a tiempo para presenciar la proclamación de Napoleón como Emperador, en Saint Cloud (18 de mayo).

Miniatura sobre marfil
Autor anónimo
(París, 1804-1805)
Colección Fundación John Boulton
Caracas

Este era el rostro de Bolívar en este momento, según una miniatura de autor anónimo, realizada por aquellos días. Fue un período de diversiones, travesuras galantes y amores cortesanos. Conoció a Fanny du Villars, al sabio barón de Humboldt, al naturalista Bonpland. En carta a un amigo recordaría Bolívar que en esos días "yo no conocía la tristeza en todo el tiempo que me hallé en esa deliciosa Capital". Y muchos años después, Vicente Rocafuerte haría esta reminiscencia en carta al barón de Humboldt: "El mismo Bolívar que mereció en París la bondadosa amistad de usted y gozó hasta cierto punto de los consejos de su alta sabiduría y de su consumada prudencia; este hombre que era entonces tan calavera, tan ligero, tan inconsistente..."

Bolívar tenía entonces 22 años. Detrás de sus ligerezas e inconsistencias maduraban ya designios de grandeza. Así lo habría de recordar su amiga Fanny du Villars 21 años más tarde, evocando su despedida de 1805: "¿Recuerda U. mis lágrimas vertidas, mis súplicas para impedirle marcharse? Su voluntad resistió a todos mis ruegos. Ya el amor a la gloria se había apoderado de todo su ser, y sólo pertenecía U. a sus semejantes..."

Si hemos de creer en el testimonio de la imagen, sin embargo, diremos que los ojos de Bolívar en aquellos días mostraban más tristeza que ganas de hacer calaveradas y más dolor por la esposa muerta que proyectos de gloria. El detalle que aquí vemos es una ampliación de la miniatura de París. Y sin embargo, la coronación de Napoleón, que él presenció fascinado por el esplendor de la gloria (Milán, mayo 26 de 1805), y el viaje por Italia con su maestro Simón Rodríguez, abrirían las compuertas del poderoso torrente de pasiones en este joven cortesano. El 15 de agosto de ese mismo año pronuncia su famoso juramento en el Monte Sacro e inicia con ello la historia de sus enormes empresas políticas y militares.